Un día más.

 Un día más.

Que no pase,

Sin la poesía, 

De los latidos, 

Que abrazan la rima, 

Sin consuelo con cristales, 

En mi alma que solo es un globo. 

Que no reviente mi mundo, 

Ni el globo se me vaya entre los dedos, 

Aquellos dedos que dejaron ir los lápices 

De colores, de Suiza, de marca, de calidad. 

Ya no puedo existir aquí,

Sin mi mirada, la mirada de poder,

Cuando era niño cuando era joven

Cuando era inmaduro como leche cruda,

Cómo ostia nueva sin espíritu santo,

Sin vino en el cáliz, sin uvas en las parras.

Sin lombrices en la tierra,

 como mar seco sin sal.

Cómo océano estéril, 

Con nada, con nada, con nada. 

Los peces ya no están, 

Las estrellas son oscuridad. 

Y la oscuridad es el sol. 

Y la luna ya es montaña, 

Esa montaña blanca de nieve, 

Ese hielo bajo cinco grados, 

El iceberg pequeño, 

El otro más grande es luna. 

Mi sueño viene con luna nueva. 

En mi muerte un mármol no quiero. 

La brillantes será memoria. 

La mente la salida. 

La entrada el río en el hormiguero. 

Las hormigas en las hojas. 

Y las claveles y jazmines mis barcas. 

Y el destino seguirá de parca. 

Y el poder una estaca inclinada. 

Dede. 


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